La Navidad es ese momento donde dejamos de lado todo lo malo para vestirnos de fiesta y alegría junto a nuestras familias y amigos. Es el punto de encuentro para compartir diferentes tradiciones de las que todos amamos ser parte. Algunos preferimos sumarnos a la decoración navideña y otros dividirnos lo que tenemos que llevar para que la cena de noche buena sea un momento especial y de celebración.
Con el pasar de los años, aún mantenemos ciertas costumbres navideñas. El amigo secreto, los regalos, los buñuelos, el rompope y las fundas de caramelos. Pero en realidad, lo que más buscamos y hemos extrañado, es ese abrazo que reconforte todo el tiempo que tuvimos que estar lejos de quienes amamos a causa del COVID-19.
Por otro lado, la pandemia fue el escenario donde nuestras viviendas se transformaron en oficinas, guarderías, escuelas, gimnasios y más. Varias zonas tuvieron que ser adaptadas trasladando todas las actividades cotidianas al hogar y así poder cumplir con nuestras obligaciones.
Sin lugar a dudas, la casa, es y sigue siendo nuestro lugar seguro. El área donde, después de casi dos años de distanciamiento y conservando todas las medidas de bioseguridad, las familias nos volvemos a reencontrar.
En estas fiestas navideñas, nos reuniremos acompañados de villancicos para compartir de una deliciosa cena, donde reviviremos platos navideños que son una costumbre en cada uno de nuestros hogares. Las recetas de la abuela y de mamá, que siempre dan ese toque especial, harán de esta Navidad aún más emotiva y única.
El espíritu navideño florece con la presencia de los niños. Nos emocionamos al verlos con sus pijamas y esperar ansiosos para abrir sus regalos. Algunos tienen la tradición de hacerlo a la media noche y otros antes de la cena. Sin duda, su inocencia y entusiasmo nos contagia y nos hace revivir nuestra infancia.
Debemos extender nuestros brazos y sumarnos a iniciativas de personas y familias que, desinteresadamente, ayudan y entregan su tiempo y recursos a los más necesitados con la ilusión de poder reconfortar y alegrar sus corazones y así poder revivir esta Navidad con optimismo, esperanza y bondad.
Cada familia guarda tradiciones. Todo depende de cómo vivamos y sintamos esta fecha; de tal manera que todos podamos celebrarla con regocijo, porque es un momento en el que al reencontrarnos cobijará nuestras almas.
Recordemos que lo esencial no es lo material sino el tiempo de calidad que debemos tener con nuestras familias y amigos. Navidad es para reflexionar sobre lo aprendido en cada año que termina. Lo bueno, lo malo, lo que tuvimos que afrontar para ser mejores, para darnos cuenta que lo más importante es cuidar nuestra salud y la de nuestros seres queridos.
Debemos ser cautos y tomar todas las medidas de precaución para proteger a los que amamos. La pandemia aún está presente y es responsabilidad de todos nosotros pasar estas fiestas juntos pero seguros.
Que este sea un tiempo de paz, de perdón y olvidarnos de las preocupaciones, las tristezas y el dolor. Que esta Navidad nos motive a reinventarnos con la llegada del niño Jesús. Que nuestra buena energía contagie a quienes más nos necesitan y que la empatía y optimismo predomine en la vida de todos.
¡Felices fiestas!
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